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EN QUÉ CONSISTE.
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Dimensiones
del hombre.
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La naturaleza del hombre
es dinámica, no obstante, se pueden distinguir tres aspectos importantes que
forman parte del hombre como ser racional: el ser biológico (dimensión estática), el ser social y el ser psicológico.
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La
dignidad humana y el concepto de alteridad.
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Cuando se dice que algo es digno es porque
se quiere dar a entender que posee un valor; cuando se habla de dignidad humana, se
hace referencia al valor
intrínseco de cada ser
humano; mientras que alteridad es la disposición que permite entender mejor a nuestros
semejantes y aceptarlos a pesar de las diferencias existentes, creando así un
entorno de respeto, diálogo y colaboración.
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Inteligencia
emocional.
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Las competencias
cognitivas de las personas se describen mejor en términos de un conjunto de
habilidades, talentos o capacidades mentales a los que denominó inteligencias.
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Competencia
comunicativa y asertividad.
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Los pensamientos se constituyen con
palabras, por eso es importante aprender a expresar las ideas con
inteligencia, de forma clara, apropiada, a la persona correcta y en el lugar
y el momento adecuado, utilizando las palabras precisas, cuidando que éstas
sean congruentes con la postura corporal y el tono de voz.
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Autoconocimiento.
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Conocerse a sí mismo significa
identificar nuestros pensamientos, emociones, patrones de conducta e
intereses que dan sentido a los actos que llevamos a cabo.
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Autocontrol
y autoestima.
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Autocontrol, significa tomar control de las
capacidades y emociones; impide realizar actos de manera impulsiva; y permite
reconocer la diferencia y el adecuado manejo de los sentimientos en determinadas
situaciones; mientras que Autoestima es el conjunto de percepciones,
pensamientos, evaluaciones y sentimientos dirigido hacia nosotros mismos.
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Ética
profesional.
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Es el compromiso de hacer bien
lo que
uno sabe hacer.
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El
código de ética.
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Son las reglas de conducta, que debe tener
criterios mínimos exigibles al trabajar en su desempeño profesional, regulado
por preceptos, valores, principios y normas morales que guíen su
conducta y le indiquen la forma de enfrentar los
problemas o dilemas éticos en la práctica de su trabajo.
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Ética y
Tecnología.
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a ciencia y la tecnología deben
ser guiadas por una serie de principios que garanticen su servicio al
desarrollo del hombre, sin privarlas de autonomía.
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Estudiante UNADM
Estudiante de Derecho y Administración en Empresas. Grandes aspiraciones. Enamorada de la Vida y el Amor.
jueves, 30 de junio de 2016
EVIDENCIA DE APRENDIZAJE. UNA MIRADA ALTERNATIVA (LO REAL Y EL DEBER). UNIDAD 2
EVIDENCIA DE APRENDIZAJE: JUICIO MORAL UNIDAD 1
Para
empezar a hablar del juicio moral es necesario primero hablar de que es el
juicio es una facultad del alma que permite diferenciar entre el bien y el
mal. Cuando se pone en palabras, el juicio es una opinión o un dictamen.
Mientras que la moral, por otra parte, está asociada las
costumbres, valores, creencias y normas de una persona o de un
grupo social. La moral funciona como una guía para actuar ya que distingue entre
lo correcto y lo incorrecto.
Se conoce como juicio moral, por lo tanto,
al acto mental que establece si una cierta conducta o situación tiene contenido
ético o, por el contrario, carece de estos principios. El juicio moral se
realiza a partir del sentido moral de cada persona y responde a una serie de
normas y reglas que se adquieren a lo largo de la vida.
A lo largo de nuestra vida siempre, a través de
distintos ámbitos y entidades (familia, sociedad, colegio…), se nos ha ido
diciendo qué es lo que está bien y que es lo que está mal. No obstante, ante
todo ello hemos podido reaccionar de modo diferente: aceptándolo, rechazándolo
o simplemente ignorándolo.
De esta manera, es que como han ido surgiendo lo
que se conoce como estadios del juicio moral que son la moralidad heterónoma,
el individualismo, las expectativas interpersonales, el sistema social y la
conciencia.
La familia, la escuela, la Iglesia y los medios de comunicación
son algunas de las instituciones sociales que influyen en la adopción de los
preceptos que determinan los juicios morales. Esto quiere decir que el entorno
juega un papel preponderante en el pensamiento del sujeto sobre qué está bien y
qué está mal.
Los juicios morales son posibles gracias al sentido
moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los
esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de
nuestra vida. A través de nuestro juicio moral podremos establecer si una
acción carece de principios éticos o contraría a los mismos.
En primera instancia será la familia, los padres,
los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego,
entrarán en juego las instituciones educativas en las cuales intervengamos y a
quienes se les deje a cargo de nuestra formación, y en última instancia el
medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual también nos irá diciendo
e indicando qué está bien, qué está mal, nos guiará sobre lo bueno, sobre lo
malo, entre otras cuestiones.
También y hoy más que nunca, los medios de comunicación, como formadores de opinión, son fundamentales a instancias de la formación de los juicios morales. Mucha gente aprecia exageradamente las valoraciones que por estos se emiten y terminan haciéndose eco de las mismas. Por ello es importante que quienes se desempeñan en ellos sean conscientes de esto y responsables a la hora de la comunicación.
Entonces, llegado el caso de tener que emitir un juicio moral ante determinada circunstancia, todo ese bagaje, al automáticamente revisar nuestra propia experiencia como consecuencia del pedido de expresar un juicio, pondrá inmediatamente a nuestra disposición todas esas enseñanzas, creencias y consideraciones acerca de lo bueno y lo malo, que tanto la familia, la escuela y la sociedad nos han ido enseñando y que nos ayudarán a determinar si ese acto o comportamiento se encuadra en algo bueno, malo, aceptable o no.
De esto se desprende que la educación y los valores que nos hayan inculcado desde pequeños resultarán fundamentales y la base sobre la cual podremos determinar cuando algo está bien o mal.
También y hoy más que nunca, los medios de comunicación, como formadores de opinión, son fundamentales a instancias de la formación de los juicios morales. Mucha gente aprecia exageradamente las valoraciones que por estos se emiten y terminan haciéndose eco de las mismas. Por ello es importante que quienes se desempeñan en ellos sean conscientes de esto y responsables a la hora de la comunicación.
Entonces, llegado el caso de tener que emitir un juicio moral ante determinada circunstancia, todo ese bagaje, al automáticamente revisar nuestra propia experiencia como consecuencia del pedido de expresar un juicio, pondrá inmediatamente a nuestra disposición todas esas enseñanzas, creencias y consideraciones acerca de lo bueno y lo malo, que tanto la familia, la escuela y la sociedad nos han ido enseñando y que nos ayudarán a determinar si ese acto o comportamiento se encuadra en algo bueno, malo, aceptable o no.
De esto se desprende que la educación y los valores que nos hayan inculcado desde pequeños resultarán fundamentales y la base sobre la cual podremos determinar cuando algo está bien o mal.
Siempre, a través del juicio moral lo que se
pretenderá hacer es tratar de llegar a la verdad de algo.
Razonamiento lógico y juicios morales
Una de las cosas que se supone que hacen los seres
humanos es razonar. Razonar, por su parte, no es, ni más ni menos, que
construir razonamientos. Y un razonamiento es una concatenación de pensamientos
según reglas lógicas. Cuando uno hace un juicio moral se supone que sigue un
razonamiento moral, el cual es de carácter deductivo. Así, la forma de un
razonamiento de este tipo es la siguiente:
Premisa 1: principio moral en el que cree el agente que
realiza el juicio.
Premisa 2: Caso concreto sobre el que se realiza el juicio
moral.
Conclusión: Juicio moral.
Por ejemplo, cuando el Papa dice que el aborto es
moralmente inaceptable, se supone que sigue un razonamiento como el siguiente:
Premisa 1: la vida de un feto humano tiene un valor por sí
mismo.
Premisa 2: inducir el aborto supone la muerte del feto.
Conclusión: inducir el aborto es moralmente inaceptable.
Por supuesto, el Papa basa su juicio en la creencia
en determinado principio moral. Si su creencia fuera otra, entonces juzgaría
las cosas de otra manera, incluso podría llegar a juzgarlas de una manera más
acertada.
Juicios morales y convenciones
Los juicios morales dependen de nuestras
convenciones sociales, en la medida en que dependen de principios morales, los
cuales son convencionalmente aceptados por una sociedad. Estos se transmiten de
generación en generación, perpetuándose en el tiempo, hasta que cambian, por
diversas razones. Los juicios morales, por su parte, se consideran
razonables o absurdos en función de la coherencia que estos manifiesten con los
principios morales que asume la sociedad en cuyo seno se hace el juicio moral
en cuestión.
Algunos ejemplos donde aplicamos el
juicio moral son:
El aborto provoca generalmente una reacción moral
en nombre del derecho fundamental a la vida. Pero la vida humana ¿qué es?,
¿cuándo empieza?, ¿cómo se describe? De esta manera el juicio moral sobre el
aborto remite necesariamente a consideraciones filosóficas y biológicas. Este
juicio moral tiene además connotaciones religiosas, no sólo porque las iglesias
se han expresado abundante y contundentemente sobre el tema, sino porque
durante muchos siglos la pregunta filosófica sobre el origen de la vida humana
se formulaba en términos de animación del cuerpo, esto es, de presencia en el
cuerpo del alma creada por Dios. Religión, filosofía y biología son tres
ingredientes que se suelen dar en el juicio moral que la sociedad hace sobre el
aborto.
El tema del aborto ha sufrido un desplazamiento en
los últimos diez años. Durante siglos, el punto neurálgico se formulaba en
términos de animación, es decir, cuándo y cómo el cuerpo recibe el alma
racional, momento a partir del cual empieza el hombre a ser hombre. Esta
formulación eminentemente filosófica ha dejado paso a la de la hominización, de
tinte más científico, aunque igualmente cargada de pretensión filosófica:
cuándo y cómo empieza la vida humana. Huelga decir que estas consideraciones no
son ociosas, ya que el juicio moral sobre el aborto depende esencialmente del
comienzo de la vida humana.
En
el caso de un adolecente decide realizarse un tatuaje en la piel, lo cual
contraviene las reglas morales marcadas por su religión. En este caso el juicio
moral puede ser adverso al comportamiento de la persona pretende realizar el
acto moralmente reprochables (este caso se entiende dentro del marco de las
reglas morales de religiones en donde tatuarse la piel o hacerse algún cambio
similar en el cuerpo, es reprochable).
Cuando
individuo que teniendo salud física y mental, así como que posea los
conocimientos y aptitudes necesarias para desempeñar algún trabajo, (es decir
poséalos medios y no tenga un impedimento), y que esta persona no hiciera
absolutamente nada, entendiéndose de esto que no tenga una ocupación, aún y a
pesar de tener oportunidades para ello, y se dedicara simplemente a comer, y
habitar por ejemplo la casa de sus padres, sin realizar ninguna tarea que sea
de provecho común, comete un acto moralmente reprochable, pues teniéndolo todo no
hace nada para beneficio de los demás o de sí mismo.
El
juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una
situación o comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda
de la verdad.
El
juicio moral se pronuncia sobre la presencia (o ausencia) de un valor ético, en
una situación o comportamiento concreto.
El
desarrollo del juicio moral supone un apoyo educativo explícito, en mi opinión personal de acuerdo a todo el entorno al que
hallamos sido expuestos desde nuestro nacimiento hará una base en nuestro
juicio moral nosotros decidimos las actitudes a tomar de acuerdo a lo que
nosotros pensamos lo que es bueno y lo que es malo, a hacer un análisis detallado de nuestro entorno y
ciertas circunstancias y eso nos conlleva a adoptar tres tipos de actitudes:
Rechazo, indiferencia y aceptación.
Bueno
una vez que nosotros hemos adoptado una actitud, nuestra conciencia se pronuncia
sobre la base de esos actos y tenemos consigo tres consecuencia a nuestros
actos: Un sentimiento de culpa, un remordimiento, un arrepentimiento. Esto
puede llevar a un castigo, un auto castigo, o a una acción interna como medio
de remediar el hecho.
Bibliografía
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