jueves, 30 de junio de 2016

EVIDENCIA DE APRENDIZAJE: JUICIO MORAL UNIDAD 1



Para empezar a hablar del juicio moral es necesario primero hablar de que es el juicio es una facultad del alma que permite diferenciar entre el bien y el mal. Cuando se pone en palabras, el juicio es una opinión o un dictamen. Mientras que la moral, por otra parte, está asociada las costumbres, valores, creencias y normas de una persona o de un grupo social. La moral funciona como una guía para actuar ya que distingue entre lo correcto y lo incorrecto.

Se conoce como juicio moral, por lo tanto, al acto mental que establece si una cierta conducta o situación tiene contenido ético o, por el contrario, carece de estos principios. El juicio moral se realiza a partir del sentido moral de cada persona y responde a una serie de normas y reglas que se adquieren a lo largo de la vida.
A lo largo de nuestra vida siempre, a través de distintos ámbitos y entidades (familia, sociedad, colegio…), se nos ha ido diciendo qué es lo que está bien y que es lo que está mal. No obstante, ante todo ello hemos podido reaccionar de modo diferente: aceptándolo, rechazándolo o simplemente ignorándolo.
De esta manera, es que como han ido surgiendo lo que se conoce como estadios del juicio moral que son la moralidad heterónoma, el individualismo, las expectativas interpersonales, el sistema social y la conciencia.
La familia, la escuela, la Iglesia y los medios de comunicación son algunas de las instituciones sociales que influyen en la adopción de los preceptos que determinan los juicios morales. Esto quiere decir que el entorno juega un papel preponderante en el pensamiento del sujeto sobre qué está bien y qué está mal.

Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. A través de nuestro juicio moral podremos establecer si una acción carece de principios éticos o contraría a los mismos.
En primera instancia será la familia, los padres, los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego, entrarán en juego las instituciones educativas en las cuales intervengamos y a quienes se les deje a cargo de nuestra formación, y en última instancia el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual también nos irá diciendo e indicando qué está bien, qué está mal, nos guiará sobre lo bueno, sobre lo malo, entre otras cuestiones.

También y hoy más que nunca, los medios de comunicación, como formadores de opinión, son fundamentales a instancias de la formación de los juicios morales. Mucha gente aprecia exageradamente las valoraciones que por estos se emiten y terminan haciéndose eco de las mismas. Por ello es importante que quienes se desempeñan en ellos sean conscientes de esto y responsables a la hora de la comunicación.

Entonces, llegado el caso de tener que emitir un juicio moral ante determinada circunstancia, todo ese bagaje, al automáticamente revisar nuestra propia experiencia como consecuencia del pedido de expresar un juicio, pondrá inmediatamente a nuestra disposición todas esas enseñanzas, creencias y consideraciones acerca de lo bueno y lo malo, que tanto la familia, la escuela y la sociedad nos han ido enseñando y que nos ayudarán a determinar si ese acto o comportamiento se encuadra en algo bueno, malo, aceptable o no.

De esto se desprende que la educación y los valores que nos hayan inculcado desde pequeños resultarán fundamentales y la base sobre la cual podremos determinar cuando algo está bien o mal.
Siempre, a través del juicio moral lo que se pretenderá hacer es tratar de llegar a la verdad de algo.
Razonamiento lógico y juicios morales
Una de las cosas que se supone que hacen los seres humanos es razonar. Razonar, por su parte, no es, ni más ni menos, que construir razonamientos. Y un razonamiento es una concatenación de pensamientos según reglas lógicas. Cuando uno hace un juicio moral se supone que sigue un razonamiento moral, el cual es de carácter deductivo. Así, la forma de un razonamiento de este tipo es la siguiente:
Premisa 1: principio moral en el que cree el agente que realiza el juicio.
Premisa 2: Caso concreto sobre el que se realiza el juicio moral.
Conclusión: Juicio moral.
Por ejemplo, cuando el Papa dice que el aborto es moralmente inaceptable, se supone que sigue un razonamiento como el siguiente:
Premisa 1: la vida de un feto humano tiene un valor por sí mismo.
Premisa 2: inducir el aborto supone la muerte del feto.
Conclusión: inducir el aborto es moralmente inaceptable.
Por supuesto, el Papa basa su juicio en la creencia en determinado principio moral. Si su creencia fuera otra, entonces juzgaría las cosas de otra manera, incluso podría llegar a juzgarlas de una manera más acertada.
Juicios morales y convenciones
Los juicios morales dependen de nuestras convenciones sociales, en la medida en que dependen de principios morales, los cuales son convencionalmente aceptados por una sociedad. Estos se transmiten de generación en generación, perpetuándose en el tiempo, hasta que cambian, por diversas razones. Los juicios morales, por su parte, se consideran razonables o absurdos en función de la coherencia que estos manifiesten con los principios morales que asume la sociedad en cuyo seno se hace el juicio moral en cuestión.

Algunos ejemplos donde aplicamos el juicio moral son:
El aborto provoca generalmente una reacción moral en nombre del derecho fundamental a la vida. Pero la vida humana ¿qué es?, ¿cuándo empieza?, ¿cómo se describe? De esta manera el juicio moral sobre el aborto remite necesariamente a consideraciones filosóficas y biológicas. Este juicio moral tiene además connotaciones religiosas, no sólo porque las iglesias se han expresado abundante y contundentemente sobre el tema, sino porque durante muchos siglos la pregunta filosófica sobre el origen de la vida humana se formulaba en términos de animación del cuerpo, esto es, de presencia en el cuerpo del alma creada por Dios. Religión, filosofía y biología son tres ingredientes que se suelen dar en el juicio moral que la sociedad hace sobre el aborto.
El tema del aborto ha sufrido un desplazamiento en los últimos diez años. Durante siglos, el punto neurálgico se formulaba en términos de animación, es decir, cuándo y cómo el cuerpo recibe el alma racional, momento a partir del cual empieza el hombre a ser hombre. Esta formulación eminentemente filosófica ha dejado paso a la de la hominización, de tinte más científico, aunque igualmente cargada de pretensión filosófica: cuándo y cómo empieza la vida humana. Huelga decir que estas consideraciones no son ociosas, ya que el juicio moral sobre el aborto depende esencialmente del comienzo de la vida humana.

En el caso de un adolecente decide realizarse un tatuaje en la piel, lo cual contraviene las reglas morales marcadas por su religión. En este caso el juicio moral puede ser adverso al comportamiento de la persona pretende realizar el acto moralmente reprochables (este caso se entiende dentro del marco de las reglas morales de religiones en donde tatuarse la piel o hacerse algún cambio similar en el cuerpo, es reprochable).
Cuando individuo que teniendo salud física y mental, así como que posea los conocimientos y aptitudes necesarias para desempeñar algún trabajo, (es decir poséalos medios y no tenga un impedimento), y que esta persona no hiciera absolutamente nada, entendiéndose de esto que no tenga una ocupación, aún y a pesar de tener oportunidades para ello, y se dedicara simplemente a comer, y habitar por ejemplo la casa de sus padres, sin realizar ninguna tarea que sea de provecho común, comete un acto moralmente reprochable, pues teniéndolo todo no hace nada para beneficio de los demás o de sí mismo.
El juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una situación o comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda de la verdad.
El juicio moral se pronuncia sobre la presencia (o ausencia) de un valor ético, en una situación o comportamiento concreto.
El desarrollo del juicio moral supone un apoyo educativo explícito, en mi opinión personal de acuerdo a todo el entorno al que hallamos sido expuestos desde nuestro nacimiento hará una base en nuestro juicio moral nosotros decidimos las actitudes a tomar de acuerdo a lo que nosotros pensamos lo que es bueno y lo que es malo, a hacer un análisis detallado de nuestro entorno y ciertas circunstancias y eso nos conlleva a adoptar tres tipos de actitudes: Rechazo, indiferencia y aceptación.
Bueno una vez que nosotros hemos adoptado una actitud, nuestra conciencia se pronuncia sobre la base de esos actos y tenemos consigo tres consecuencia a nuestros actos: Un sentimiento de culpa, un remordimiento, un arrepentimiento. Esto puede llevar a un castigo, un auto castigo, o a una acción interna como medio de remediar el hecho.


Bibliografía
http://elpais.com/diario/1981/07/22/sociedad/364600810_850215.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario